Rotación de cultivos
Una rotación de cultivos tiene como objetivo
el desarrollo de sistemas de producción diversificados que aseguren la
sostenibilidad del suelo promoviendo cultivos que se alternen año con año para
que mantengan la fertilidad del suelo y reduzcan los niveles de erosión. Toda
rotación de cultivos debe considerar los recursos y las necesidades de los
productores.
En una rotación de cultivos,
estos se desarrollan en una sucesión recurrente y sistemática en un mismo
terreno. Los cultivos que se alternan año con año pueden ser cultivos en surcos
después de cultivos de granos pequeños, cultivos de grano pequeño después de
leguminosas, gramíneas después de una leguminosas y una variación de
alternancia de cultivos que depende de las condiciones agroecológicas de la
región. Para establecer una rotación de cultivos, es conveniente definir las
posibilidades de mercado de las cosechas, que los suelos sean los adecuados,
que se adapten al clima, que se cuente con la tecnología de producción
(semilla, maquinaria para siembra y cosecha, entre otros). Para definir si se
puede alcanzar su uso sostenido, es importante ver que la rotación de cultivos
permita un buen control de malezas, plagas y enfermedades, que las raíces
tengan tal desarrollo como para explorar diferentes profundidades del suelo y
que se mantenga la fertilidad y las características físicas y químicas de los
suelos.
Objetivos
de la rotación de cultivos.
• Incrementar los
rendimientos de los cultivos en relación con los monocultivos.
• Mantener y mejorar los contenidos de materia
orgánica del suelo.
• Mejorar la fertilidad del suelo y mantener
un balance de los nutrimentos disponible para las plantas.
•Reducir la erosión hídrica y eólica.
• Mejorar la adaptación de
la labranza de conservación en comparación con los monocultivos. •Mejorar el
drenaje, la aireación del suelo, y el tamaño y la estabilidad de los agregados
del suelo. • Reducir la incidencia de malezas, insectos y enfermedades en los
cultivos.
Principios
a considerar en una rotación de cultivos
Antes de tomar la decisión
sobre las rotaciones de cultivo a proponer o a utilizar es importante
considerar los siguientes aspectos:
Adecuar
los requerimientos de la rotación a la disponibilidad de recursos
Los cultivos deben estar
adaptados a la región, y en su selección se recomienda considerar al menos los
siguientes aspectos: cantidad de agua disponible, la profundidad de
enraizamiento, las necesidades de temperatura, agua y luz para un buen
desarrollo y producción de grano, forraje o residuos según sea el caso, el
calendario de actividades, los plaguicidas a utilizar, la comercialización y la
rentabilidad. Estos aspectos deben evaluarse de manera individual y en conjunto
con la rotación completa. Las consecuencias de una pobre adaptación de la
rotación podría expresarse en una baja competitividad (con las malezas) por
agua, nutrimentos y una mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades.
Usar la rotación como medida preventiva y diseñar secuencias
complementarias del cultivo.
La rotación de cultivos en
una herramienta fundamental en el manejo integrado de recursos naturales. En
zonas con baja precipitación, el agua es el principal factor limitante de los
cultivos, por lo que las prácticas de optimización del agua de riego son de
importancia primordial; por otro lado, en zonas con mayores precipitaciones se
vuelve importante el control de plagas y enfermedades. Las plagas más controladas
con la rotación de cultivos incluyen: patógenos del suelo, malezas o insectos
con poca habilidad para invadir terrenos adyacentes, plagas con hospederos
específicos que no sobreviven mucho tiempo sin hospedero. Las rotaciones
proveen la oportunidad de interrumpir ciclos de malezas, insectos o
enfermedades con diferentes medidas de control (oportunidad en el uso de
plaguicidas, competencia de cultivos, variedades resistentes).
Condiciones
en las que se aplica
Esta práctica se aplica en
todos los terrenos de cultivo, excepto en aquellos en los que el suelo esté
destinados al restablecimiento de la vegetación perenne. En el diseño de la
rotación de cultivos se debe considerar la sostenibilidad del sistema a largo
plazo, enfocada a la reducción de malezas, enfermedades y plagas así como su
viabilidad económica.
Criterios
de manejo
Los cultivos deben
desarrollarse en forma planeada en secuencias repetitivas. Los cultivos deben
adaptarse a la región climática, al tipo de suelo, y a los propósitos de los
productores. Recomendaciones para algunos cultivos adecuados a las regiones
pueden obtenerse en las guías técnicas de la SAGAR, INIFAP así como en las
publicaciones de universidades y escuelas agropecuarias. Cuando las rotaciones
se usan en combinación con manejo de residuos, la selección de los cultivos
productores de residuos, el uso de coberteras así como los ajustes en el
surcado y la densidad de población pueden mejorar la producción, la cantidad y
la distribución del residuo necesario. Existen efectos de fitotoxicidad,
alelopatía y autotoxicidad entre las plantas, a los que se debe poner especial
atención en la planeación de las rotaciones. Un ejemplo de fitotoxicidad se
observa en las leguminosas como la alfalfa que inhibe la germinación de sus
propias semillas. Al usar barreras rompevientos, o cultivos en
fajas y en contorno, la rotación de cultivos debe ser consistente con el diseño
de tales sistemas.
El objetivo del productor es combinar la tierra, el trabajo,
el manejo y el capital para obtener la máxima rentabilidad de sus recursos para
mantener a la familia rural. Al planear una rotación de cultivos deben
considerarse los costos y las ganancias probables. Las rotaciones de cultivo
diversifican el ingreso. Si sucede algún siniestro que reduzca la rentabilidad
del cultivo principal, existe el cultivo alternativo que puede reponer parte de
las ganancias generadas por el cultivo principal. Una rotación de cereales con
cultivos en hilera da una gran estabilidad en el ingreso ya que el movimiento
de precios y la variabilidad de ingresos debida al clima serán menores, que si
se cultiva una sola especie. Es útil establecer calendarios de las actividades
a realizar. Con la rotación de cultivos es posible definir calendarios de
siembra y cosecha durante periodos más largos de tiempo. Los cultivos en hilera
se pueden sembrar después de los granos pequeños. Las rotaciones de cultivos
deben adaptarse a las limitaciones de precipitación y a las necesidades de
humedad. Las rotaciones de cultivos reducen la necesidad de plaguicidas pero no
la eliminan, por lo que se debe considerar su uso complementario en las
rotaciones.
Control
de enfermedades
Las rotaciones de cultivos
reducen y a menudo previenen la transmisión de enfermedades. Ejemplos de
enfermedades controladas con la rotación de cultivos, se muestran en el Cuadro
1. C
La rotación combinada con prácticas
culturales y el uso de fungicidas es el método más apropiado para controlar las
enfermedades. En el Cuadro 1 se muestran algunas enfermedades combatidas por
las rotaciones de cultivo.
Cuadro 1. Enfermedades que
se combaten con el uso de rotaciones de cultivo
Control
de malezas
Las rotaciones pueden causar
cambios en las poblaciones de malezas. Las poblaciones de ciertas especies de
malezas pueden suprimirse con la competencia de cultivos o con el uso de
herbicidas selectivos. Las malezas de hoja angosta son un problema en granos
pequeños que puede ser reducido con el uso de herbicidas en los cultivos en
hilera previos. Los herbicidas pueden tener efectos residuales benéficos y
dañinos sobre los siguientes cultivos. Por lo tanto, la correcta planeación del
uso de herbicidas junto con la selección correcta de cultivo es parte integral
del esquema de manejo de una rotación de cultivos.
Control
de insectos
La rotación de cultivos
puede controlar parcial y totalmente los daños originados por los insectos como
se muestra en el Cuadro 2. En general, la población de insectos puede ser mayor
en una región donde se siembren uno o dos cultivos en contraste con regiones
donde se siembren diferentes cultivos en rotación. Sin embargo algunos insectos
migran a otras parcelas, por lo que se puede alcanzar solo controles parciales
con algunos de ellos. Si se desea aumentar la efectividad de la rotación de
cultivos para el control de insectos, deben complementarse con el uso de
algunos insecticidas.
Cuadro 2. Insectos que son
controlados parcial o totalmente con el uso de rotaciones.
Principales
cultivos usados en rotaciones en México
El uso de la vegetación
natural puede ser un buen indicador de la intensidad de la rotación ya que es
un indicador de la cantidad de agua que se dispone: De manera general, se
recomienda el uso de leguminosas, zacates anuales y cereales de grano pequeño
en diferentes combinaciones con maíz o el cultivo principal. La razón de esto
es que, en condiciones de temporal, la superficie sembrada de maíz cubre más
del 50 % de la superficie sembrada de granos básicos, el frijol el 14 % y el
resto de los cultivos se siembran en porcentajes menores. Por esta razón, en
las rotaciones que se realicen deberá dominar el cultivo de maíz por 2, 3 y 4
años y el sorgo por 2 ó 3 años y después rotarse con leguminosas y algunas
gramíneas como lo realizan algunos productores en ciertas regiones del país.
Algunos ejemplos de rotaciones de cultivos son: cultivos de hilera después de
cultivos de granos pequeños, cultivos de grano después de leguminosas, y cebada
después de trigo. Por lo general, los cultivos que se utilizan en algunas
rotaciones en México, se agruparon como cultivo principal, de granos pequeños,
pastos y leguminosas como se muestra en Cuadro 3.
Cuadro 3.Cultivos usados en
rotaciones en diferentes partes de México.
Diseño
de rotaciones
En el diseño de rotaciones
se debe utilizar el conocimiento y la experiencia local en cada una de las
regiones donde se quiera establecer una rotación de cultivos. La decisión está
basada en las consecuencias en el corto y largo plazo. A continuación se
muestra un ejemplo para planear cultivos dentro de una rotación. Los grupos de cultivos
que pueden ser utilizados en las rotaciones son los que se reportaron en el
Cuadro 3. Los beneficios de la rotación se maximizan cuando no se combinan
cultivos de un mismo grupo en forma consecutiva. Un cultivo puede ser
sustituido por otro del mismo grupo en la rotación sin destruir los beneficios
de la rotación. Los mejores beneficios se logran cuando los cultivos del grupo
I y II preceden al grupo III. Los cultivos del grupo IV nunca deben preceder al
grupo III. Con base en los cultivos reportados se proponen las siguientes
rotaciones de cultivo como ejemplo de diseño como se presentan en el Cuadro 4.
Cuadro 4. Propuestas de
rotaciones
Cultivo en franjas
Los cultivos en franjas
constituyen un sistema de alternancia espacial de cultivos utilizados en
conservación de suelos, para cultivar terrenos de pendiente de 2 a 15 % en franjas alternas y de ancho
variable, con cultivos de escarda (en surcos)y cultivos tupidos, los cuales
generalmente siguen un programa de rotación.
El cultivo en franjas constituyen
un arreglo sistemático de alternancia entre cultivos de escarda (maíz, frijol,
haba, sorgo, girasol, etc.) y tupidos (avena, cebada, trigo, etc.), para
reducir la erosión de suelos causada por el agua, viento y para hacer un uso
más eficiente de los terrenos.
Esta práctica vegetativa se recomienda en
terrenos con pendiente, donde la topografía es uniforme para su laboreo y
cosecha y donde es posible asociar cultivos. Las franjas se pueden trazar
siguiendo el contorno, perpendiculares a la pendiente ya la dirección de los
vientos dominantes según sea el caso y quedar como fajas amortiguadoras cuando se
tengan franjas de anchos uniformes.
Objetivos
• Controlar el escurrimiento superficial y la
pérdida de suelo en laderas.
• Disminuirla producción de sedimentos
en las áreas de cultivo.
• Reducir la erosión eólica
y el daño del viento a los cultivos y conservar la humedad del suelo.
• Lograr una mejor utilización
de los terrenos de ladera y mejorar sus características físicas, químicas, de fertilidad
y de aprovechamiento del agua de lluvia.
Beneficios
• Reducen la erosión del
suelo y aumentan el rendimiento de los cultivos.
• Mejoran la superficie de los terrenos,
acondicionándola para las labores agrícolas
• Retienen y conservan la humedad en los terrenos
de ladera.
Tipos
de franjas
Considerando la diversidad
de condiciones topográficas de los suelos de ladera, el uso de monocultivo de
maíz y los problemas de erosión existentes en México, el uso de cultivos en
franjases una opción que utilizan los productores para obtener una producción
diversificada.
Cuadro 1 Figura 1. . Tipos de
franjas con relación a la pendiente del terreno, agente erosivo y cultivo a
sembrarse
Destacan cuatro tipos de cultivos
en franjas que se adaptan a diferentes condiciones de laderas y que se muestran
en el Cuadro1.
Franjas
en contorno y rotación
En este sistema los
cultivos, uno de escarda y otro tupido, se disponen en bandas o franjas alternas
siguiéndolas curvas de nivel y en sentido perpendicular a la dirección de la pendiente
natural del terreno. Los cultivos utilizados están sujetos a rotaciones definidas,
de acuerdo con el programa de siembra que sigue el productor en sus terrenos.
Se recomienda para terrenos de una pendiente uniforme (2a15%) y donde el agua es
el principal agente causal de la erosión. Las franjas en contorno y rotación se
muestra en la Figura1. En contorno y rotación Escarda y tupido, siguiendo las curvas
de nivel y perpendiculares a la pendiente natural del terreno. De contraviento
Escarda y tupido, de ancho uniforme. Se trazan
en forma recta y perpendicular a la dirección de los vientos dominantes De contención o amortiguadoras localizan entre
franjas de ancho uniforme ambas direcciones. Escarda Perpendiculares a la
Pendiente 2-15% Agua > 1 % Viento Tupido (pastos o leguminosas), se Variación
de Aguay viento pendiente en donde se establecen los cultivos de Tupido y de escarda
Variable y para Agua y viento su ancho es uniforme y su trazo relieve ondulado
es perpendicular a la pendiente del terreno.
Ancho
de las franjas
De acuerdo con las condiciones del terreno, la
pendiente media del mismo, y la magnitud de la precipitación se puede determinar
el ancho de las franjas considerando los siguientes aspectos.
• Los cultivos y rotaciones a utilizar, ya que
en función de estos se definirán los anchos entre surcos y el ancho de los cultivos
tupidos.
• La pendiente natural del terreno, a medida
que esta se incrementa, el ancho de la franja disminuye.
• Las características
físicas del suelo, ya que cuando los suelos son de textura gruesa, alta
permeabilidad y baja capacidad de retención de humedad, el ancho de la franja aumenta
y cuando los suelos son de textura fina, de permeabilidad baja y alta capacidad
de retención de humedad el ancho de la franja disminuye.
• La intensidad dela lluvia,
a medida que esta aumenta, el ancho de la franja disminuye.
Estas franjas son de ancho
uniforme y se trazan en forma recta, perpendicularmente a la dirección de los vientos
dominantes.
Se recomiendan en áreas planas
donde los vientos por su velocidad y frecuencia son el principal agente
erosivo. De esta forma los cultivos llegan a constituir barreras vivas que causan
que se eleven las corrientes de aire y reduzcan su capacidad. Este sistema de
franjas de contraviento se recomiendan para utilizar en áreas planas y con
pendiente;
esnecesariocombinarelanchoylaalturadelcultivoqueservirácomobarreraviva para
reducir la habilidad del viento para remover y transportar las partículas de
suelo. Un ejemplo de este tipo de franjas de contraviento se muestra en la Figura 3.
Franjas
de contención amortiguadoras
Estas franjas están
constituidas por cultivos tupidos (generalmente pastos, leguminosas o una
mezcla de estos) y se localizan entre las franjas de ancho uniforme donde se desarrollan
cultivos de escarda que se establecen en rotación adecuada de la zona.
Generalmente son de ancho irregular que varía con las curvas de nivel del
terreno, de tal manera que las franjas de los cultivos de escarda sean lo más
uniforme dentro de los límites permisibles.
Estas franjas de contención tienen
la ventaja de hacer más laborable el terreno y de amortiguar los espacios donde
existen diferencias de pendiente que aumenta el riesgo de erosión del suelo. Un
ejemplo de este tipo de franjas se muestra en la Figura 4.
Franjas perpendiculares a la pendiente
Estas franjas se trazan perpendicularmente a la
pendiente principal del terreno, rectas y sin seguir la curva a nivel. Este
tipo de franjas se han sido utilizados por los productores en México y generalmente
son franjas de maíz alternas con frijol o de maíz conhaba, y en algunos casos
combinan un cultivo de escarda con un cultivo tupido como trigo, cebada, avena,
y pastos.
Abono verde
Cuando hablamos de
"abonado en verde" hacemos referencia a la utilización de cultivos de
vegetación rápida, que se cortan y se entierran en el mismo lugar donde han
sido sembrados y que están destinados especialmente a mejorar las propiedades
físicas del suelo, a enriquecerlo con un "humus joven" de evolución rápida
además de otros nutrientes minerales y sustancias fisiológicamente activas, así
como a activar la población microbiana del suelo.
En líneas generales, los efectos favorables del abonado verde no acaban en el aspecto nutricional sobre el vegetal, sino que alcanzan a todos los componentes relacionados con la fertilidad global del suelo agrícola ya que:
En líneas generales, los efectos favorables del abonado verde no acaban en el aspecto nutricional sobre el vegetal, sino que alcanzan a todos los componentes relacionados con la fertilidad global del suelo agrícola ya que:
· Estimulan de forma inmediata la actividad biológica y mejoran la
estructura del suelo, por la acción mecánica de las raíces, por los exudados
radiculares, por la formación de sustancias pre húmicas al descomponerse y por
la acción directa de las células microbianas y micelios de hongos.
·Protegen al suelo de la erosión y la desecación durante el
desarrollo vegetativo, y mejoran la circulación del agua en el mismo.
· Aseguran la renovación del humus estable, acelerando su
mineralización mediante el aporte de un humus más "joven" y más
activo.
·Enriquecen al suelo en nitrógeno, si se trata de leguminosas, e
impiden, en gran medida la lixiviación del mismo y de otros elementos
fertilizantes.
· En su descomposición, se liberan o sintetizan sustancias
orgánicas fisiológicamente activas, que tienen una acción favorable sobre el
crecimiento de las plantas y su resistencia al parasitismo.
·En los sistemas cerealistas, aseguran una mejor descomposición
de la paja del cereal, al mantener el medio más húmedo, equilibrar la relación
C/N y activar los microorganismos responsables de la misma.
· Limitan el desarrollo de malezas, directamente por el efecto de
la cubierta vegetal en sí misma e indirectamente porque ciertos abonos verdes
tienen poder desherbaste, como el alforfón (Fagopyrum esculentum), o la
facelia (hacelia tanacetifolia).
Aunque se pueden
utilizar un número considerable de especies vegetales como abonos verdes, las
tres familias de plantas más utilizadas para tal fin, son las leguminosas, las
crucíferas y las gramíneas.
Las leguminosas son las más empleadas dada su capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico, en favor de los cultivos siguientes. Hay autores que afirman que las leguminosas además mejoran el terreno con la penetración de sus raíces y que incluso llegan a romper los terrenos más duros (las raíces de las leguminosas tienen más de 1 m de longitud).
Se emplean principalmente las especies de trébol blanco enano (Trifolium repens), trébol violeta (T. pratense), veza vellosa (Vicia villosa), habas (Vicia faba), altramuces (Lupinus sp.), meliloto amarillo (Melilotus officinalis), serradella (Ornithopus sativus), etc.; además de otras leguminosas tradicionales de interés para el sudeste español como los yeros (Vicia ervilia), las algarrobas (Vicia monanthos) y la almorta (Lathyrus satirum). Es frecuente el cultivo de leguminosas mezcladas con cereales u otras gramíneas: Veza+cebada; veza+avena; tréboles+raygrass; guisante forrajero+veza, etc. En Chile se ha probado la utilización de la arveja (Pisum sativum L.) y la vicia (Vicia atropurpurea) como abonos verdes.
Las gramíneas sembradas con las leguminosas, mejoran mucho el terreno y forman humus estable. Las raíces de las gramíneas mejoran el terreno ablandándolo en la superficie. En particular el centeno (Secale cereale) está indicado para siembra otoñal asociado a algarroba o habas. La avena (Avena sativa) está indicada para siembra de primavera, asociada con algarroba y guisante.
Las crucíferas tienen un desarrollo muy rápido proporcionando un buen abono verde cuando se dispone de poco tiempo entre cultivos. Son capaces de utilizar las reservas minerales mejor que la mayor parte de las plantas gracias a la longitud de su sistema radicular, acumulando importantes cantidades de elementos en sus partes aéreas que luego serán devueltos al suelo. Como especies más utilizadas está el nabo forrajero (Brassica napus var. Oleífera), la mostaza blanca (Sinapis alba), el rábano forrajero (Raphanus raphanistrum), etc. Se ha planteado también que las plantas de esta familia, con la acción de sus raíces, hacen asimilable por otras plantas el fósforo presente en el terreno en estado insoluble.
Las leguminosas son las más empleadas dada su capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico, en favor de los cultivos siguientes. Hay autores que afirman que las leguminosas además mejoran el terreno con la penetración de sus raíces y que incluso llegan a romper los terrenos más duros (las raíces de las leguminosas tienen más de 1 m de longitud).
Se emplean principalmente las especies de trébol blanco enano (Trifolium repens), trébol violeta (T. pratense), veza vellosa (Vicia villosa), habas (Vicia faba), altramuces (Lupinus sp.), meliloto amarillo (Melilotus officinalis), serradella (Ornithopus sativus), etc.; además de otras leguminosas tradicionales de interés para el sudeste español como los yeros (Vicia ervilia), las algarrobas (Vicia monanthos) y la almorta (Lathyrus satirum). Es frecuente el cultivo de leguminosas mezcladas con cereales u otras gramíneas: Veza+cebada; veza+avena; tréboles+raygrass; guisante forrajero+veza, etc. En Chile se ha probado la utilización de la arveja (Pisum sativum L.) y la vicia (Vicia atropurpurea) como abonos verdes.
Las gramíneas sembradas con las leguminosas, mejoran mucho el terreno y forman humus estable. Las raíces de las gramíneas mejoran el terreno ablandándolo en la superficie. En particular el centeno (Secale cereale) está indicado para siembra otoñal asociado a algarroba o habas. La avena (Avena sativa) está indicada para siembra de primavera, asociada con algarroba y guisante.
Las crucíferas tienen un desarrollo muy rápido proporcionando un buen abono verde cuando se dispone de poco tiempo entre cultivos. Son capaces de utilizar las reservas minerales mejor que la mayor parte de las plantas gracias a la longitud de su sistema radicular, acumulando importantes cantidades de elementos en sus partes aéreas que luego serán devueltos al suelo. Como especies más utilizadas está el nabo forrajero (Brassica napus var. Oleífera), la mostaza blanca (Sinapis alba), el rábano forrajero (Raphanus raphanistrum), etc. Se ha planteado también que las plantas de esta familia, con la acción de sus raíces, hacen asimilable por otras plantas el fósforo presente en el terreno en estado insoluble.
Un abono verde ideal
posee tres características importantes:
·
Un crecimiento rápido,
·
Follaje abundante y suculento,
·
Habilidad de crecer bien en suelos pobres.
A más rápido
crecimiento, mayor es la posibilidad de aptitud para ser introducido en una
rotación y uso económico como medios de mejoramiento del suelo. Follaje
abundante y raíces poderosas son, desde luego, algo necesario, y, como ya se ha
mencionado antes, a mayor contenido de humedad en el abono verde, más rápida es
la descomposición y más pronto se obtienen beneficios. Como la necesidad de
materia orgánica es urgente, en especial en la tierra pobre, un cultivo jugoso
tendrá grandes ventajas.
Cuando las demás condiciones son iguales, es mejor hacer uso de las leguminosas en el abono verde, preferentemente a las no legumbres, a causa del Nitrógeno ganado por el suelo y la actividad orgánica que provocan. Es a veces de extraordinaria importancia una pequeña adición de Nitrógeno.
Sin embargo, a veces es difícil obtener un cultivo intercalado de legumbres, pues pueden ser tan valiosos como alimento de ganado, que sería antieconómico usarlo como abono verde. Además, las semillas de las legumbres son caras, casi prohibitivo su uso para los abonos verdes. Por otro lado, algunas legumbres no encajan dentro de las rotaciones comunes de tal forma que puedan ser luego enterradas convenientemente como abono verde.
Cuando las demás condiciones son iguales, es mejor hacer uso de las leguminosas en el abono verde, preferentemente a las no legumbres, a causa del Nitrógeno ganado por el suelo y la actividad orgánica que provocan. Es a veces de extraordinaria importancia una pequeña adición de Nitrógeno.
Sin embargo, a veces es difícil obtener un cultivo intercalado de legumbres, pues pueden ser tan valiosos como alimento de ganado, que sería antieconómico usarlo como abono verde. Además, las semillas de las legumbres son caras, casi prohibitivo su uso para los abonos verdes. Por otro lado, algunas legumbres no encajan dentro de las rotaciones comunes de tal forma que puedan ser luego enterradas convenientemente como abono verde.
Cada abono verde, tanto
si es como cultivo principal como si es cultivo asociado, tiene unas
características específicas definidas por su masa vegetativa, su rapidez de
crecimiento, la cantidad de residuos que aporta, la incompatibilidad con el
cultivo anterior o siguiente en la rotación, los diferentes requerimientos
nutricionales, de pH y texturales, su rusticidad, su capacidad desherbante,
etc.; todo esto habrá que tener presente a la hora de elegir un abono verde.
Aunque el cultivo de las plantas para abono verde no presenta grandes diferencias con el mismo para su aprovechamiento para grano, sí debemos tener presente algunos aspectos como: utilizar mayor densidad de siembra --de20 a 50% más para abonado verde--; incorporarlo al suelo en un estado avanzado de vegetación, preferentemente en la floración o justo al inicio de la misma; incorporarlo superficialmente pasados unos días del corte --3 a 4 según clima y residuo--, siendo preferible utilizar una picadora de restos de cosecha o en su defecto el arado de discos que pica la vegetación y al mismo tiempo produce un pequeño volteo de la tierra, posteriormente los restos ya más descompuestos se mezclan en el suelo con un cultivador entre 10 y 15 cm.
A veces es conveniente aportar sobre el abonado verde, los fertilizantes destinados para el cultivo siguiente o bien, si se va a estercolar, realizar el aporte, al mismo tiempo que se va a incorporar el abonado en verde --una vez seco y picado--.
Aunque el cultivo de las plantas para abono verde no presenta grandes diferencias con el mismo para su aprovechamiento para grano, sí debemos tener presente algunos aspectos como: utilizar mayor densidad de siembra --de20 a 50% más para abonado verde--; incorporarlo al suelo en un estado avanzado de vegetación, preferentemente en la floración o justo al inicio de la misma; incorporarlo superficialmente pasados unos días del corte --3 a 4 según clima y residuo--, siendo preferible utilizar una picadora de restos de cosecha o en su defecto el arado de discos que pica la vegetación y al mismo tiempo produce un pequeño volteo de la tierra, posteriormente los restos ya más descompuestos se mezclan en el suelo con un cultivador entre 10 y 15 cm.
A veces es conveniente aportar sobre el abonado verde, los fertilizantes destinados para el cultivo siguiente o bien, si se va a estercolar, realizar el aporte, al mismo tiempo que se va a incorporar el abonado en verde --una vez seco y picado--.
Las posibilidades de cultivar un abonado en verde --además de las vistas-- son muy numerosas, lo que amplia las técnicas de manejo y la utilidad, de esta práctica tan interesante, algunas de ellas hacen referencia a:
La siembra intercalada también denominada "sobresiembra", que consiste en
sembrar una variedad o una mezcla de variedades --generalmente tréboles y otras
especies de porte bajo-- entre líneas de cereales ya crecidos.
Las ventajas de esta actuación están enfocadas a la protección del suelo y al control de las malas hierbas y finalmente cuando el cereal se recoja, a fertilizar el suelo una vez triturado el abono verde, junto con el rastrojo y mezclado con el suelo. Es necesario que el abonado en verde germine rápido, que presente un gran desarrollo radicular, que sea de porte bajo --no superando los 30 cm de altura--, que no forme demasiada masa verde y que se desarrolle normalmente en mezcla con otras variedades. La sobresiembra ha tenido gran éxito en el cultivo de maíz, sembrándose ésta, cuando el maíz presenta cuatro hojas y el máximo desarrollo de 1 m de altura.
El cultivo de corta
duración.
Sembrando el abono verde en períodos de tiempo cortos, entre cultivos que han
dejado libre el suelo tempranamente. Existe la dificultad añadida de que hay
que mantener una gran sincronización en la rotación de cultivos y que hay que
escoger variedades de rápido crecimiento --generalmente crucíferas--.
El cultivo de larga
duración.
En esta práctica, el abonado en verde forma parte de la rotación como un
cultivo más, o bien se utiliza para intercalar con cultivos como frutales o
viñas. Si para el caso del abonado en verde como cultivo de la rotación de
manera general se utilizan leguminosas o mezcla de leguminosa+crucífera, para
el intercalado en cultivos de larga duración en general se suelen sembrar
"mezclas" de distintas plantas, teniendo muy presente los condicionantes
edáficos y climáticos que antes se ha enumerado y tomando como ejemplo para la
selección, las mezclas que de manera natural se dan entre la vegetación
silvestre que se encuentre en el entorno del terreno.
Aunque son numerosos los
aspectos positivos de la utilización del abono verde, sin embargo su uso supone
un cierto riesgo en el caso de que puedan existir competencia por el agua, la
luz, o el alimento con el cultivo principal y también cuando haya invasiones
repetitivas de malezas.
Cultivos de cobertura
Los cultivos de cobertura
constituyen un componente fundamental de la estabilidad del sistema de
Agricultura de Conservación. Tienen efectos directos e indirectos sobre las
propiedades del suelo gracias a su capacidad para promover un incremento de la
biodiversidad en el agroecosistema. Mientras que los cultivos comerciales
tienen un valor de mercado, los cultivos de cobertura tienen valor por su
efecto sobre la fertilidad del suelo o como forraje para el ganado. En las
regiones donde las cantidades de biomasa producidas son muy pequeñas, como las
áreas secas y los suelos erosionados, los cultivos de cobertura son
beneficiosos ya que:
• protegen el suelo en los
períodos de barbecho
• movilizan y reciclan los nutrientes
• mejoran la estructura del
suelo y rompen las capas compactadas y las capas duras • permiten una rotación
en un sistema de monocultivo
• pueden ser usados para el
control de malezas y plagas. Los cultivos de cobertura son utilizados durante
los períodos de barbecho, entre la cosecha y la siembra de los cultivos
comerciales y utilizan la humedad residual del suelo. Su crecimiento es
interrumpido antes de la siembra del siguiente cultivo o bien después de la
siembra de este, pero antes de que comience la competencia entre los dos
cultivos.
Los cultivos de cobertura
son convenientes para:
• proteger al suelo cuando no está cultivado
• suministrar una fuente adicional de materia
orgánica para mejorar la estructura del suelo y crear una capa arable
enriquecida
• reciclar los nutrientes y movilizarlos en el
perfil del suelo con el propósito de eliminar capas de nutrientes de movimiento
lento como el fósforo y el potasio 3
• actuar como «arado
biológico» del suelo; las raíces de algunos cultivos, especialmente las
crucíferas como la colza, son pivotantes y capaces de penetrar capas
compactadas o muy densas (Lámina 1) incrementando la capacidad de percolación
del agua del suelo.
• utilizar fácilmente los
nutrientes lixiviados.
Diferentes plantas con
diversos sistemas de raíces exploran diferentes profundidades del suelo y
tienen la capacidad de absorber distintas cantidades de nutrientes; además, con
la producción de varios exudados de las raíces (ácidos orgánicos) son
beneficiosas para ambos, el suelo y los organismos.
La cobertura vegetativa es
esencial para la Agricultura de Conservación: para la protección del suelo
contra el impacto de las gotas de lluvia, para mantener el suelo bajo sombra y
con el más alto nivel de humedad posible, para utilizar y, por ende, reciclar
los nutrientes y para usar sus efectos alelopáticos sobre las malezas,
conduciendo así a la reducción del uso de agroquímicos y de esta manera a
disminuir los costos de producción. Solo de esta forma se logra hacer que la
función de la paja de los residuos actúe como una cubierta proyectiva que
atenúa la presión ejercida sobre la superficie del suelo por los tractores y
los equipos de cosecha, evitando así problemas de compactación.
Paginas
consultadas: